María Ressa exhibe el negocio del odio desde la tecnología


DAVID SANTIAGO TOVILLA

«La ausencia de un estado de derecho en el mundo virtual es devastador. La impunidad en línea conduce naturalmente a la impunidad fuera de línea, destruyendo los controles y equilibrios existentes.

»Lo que he presenciado y documentado durante la última década es el poder divino de la tecnología para infectarnos a cada uno de nosotros con un virus de mentiras, enfrentándonos unos contra otros, encendiendo e incluso creando nuestros miedos, ira y odio y acelerando el ascenso de los autoritarios y dictadores de todo el mundo» dice María Ressa en su libro Cómo luchar contra un dictador.

 

La autora fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz 2021 por su defensa de la libertad de expresión, la democracia y los derechos humanos, junto con el periodista ruso Dmitry Muratov.


 

El libro empezó a circular, en español, a finales de mayo. Su título limita el fondo que tiene mucha más trascendencia. Es un texto testimonial que da cuenta de sus decisiones profesionales para crecer en su país natal: Filipinas. Pero el mismo rigor que le llevó a construir un exitoso portal de noticias le convirtió en blanco del poder.


María Ressa ha padecido lo que parece un manual contra la prensa, sin importar el país en que se viva: minar su credibilidad con mentiras o dichos sin comprobación; soltar la jauría en redes sociales para insultar con sistematicidad y degradar la discusión pública; exhibir información financiera de la empresa para crear animadversión y preparar su cierre irregular; iniciar procedimientos jurídicos para minar en lo económico, personal y social a los perseguidos; encarcelar a los incómodos.


A pesar de vivir todo eso, Ressa no ha querido irse de su país. Ha enfrenatado diez órdenes de arresto. Hasta la fecha, continúa en la batalla jurídica con el acompañamiento del despacho de Amal Clooney. Y es la conocida abogada quien apunta una realidad universal en el prefacio de Cómo luchar contra un dictador: «El oponente de un periodista es el Estado, que hace la política, controla a la policía, contrata a los fiscales y prepara las prisiones. Tiene un ejército de bots activos en línea para vilipendiar y socavar a cualquiera que se considere un oponente. 

 

»Tiene el poder de acabar con las emisoras y los sitios en línea. Lo más importante: tiene la necesidad de controlar el mensaje para poder sobrevivir.  Su existencia depende de asegurar que solo haya un lado en cada historia. Como dijo un famoso filósofo, no hay mayor tiranía que la ejercida al amparo de la ley y en nombre de la justicia».

 


La narración de María Ressa es equilibrada: comparte datos personales, emociones, lecciones y reflexiones: «No sabes quién eres hasta que te ves obligado a luchar por ello. ¿Cómo decides por qué luchar?  A veces no es tu elección. Vives tu camino hacia él porque la suma de todas tus elecciones te lleva a ese punto. Si tiene suerte, pronto te darás cuenta de que cada decisión que tomas responde a una pregunta que todos enfrentamos: cómo construir significado en nuestras vidas. El significado no es algo con lo que tropiezas o lo que alguien te da: lo construyes a través de cada elección que haces, los compromisos que eliges, las personas que amas y los valores que aprecias».

 

Cómo luchar contra un dictador es señero en exponer el daño social de la mentira que ha llevado a convertir a esta época en la del Homo Mentíri —abordado en un texto anterior: »Los estudios muestran que las mentiras mezcladas con ira y odio se propagan más rápido y más lejos que los hechos. Sin hechos, no se puede tener la verdad.  Sin verdad, no se puede tener confianza. Sin los tres, no tenemos una realidad compartida y la democracia tal como la conocemos, y todos los esfuerzos humanos significativos están muertos».

 

Ahora, las dinámicas sociales, las conversaciones, amistades y enemistades, suelen erigirse sobre una invención: «Una bomba atómica invisible explotó en nuestro ecosistema de información. Las plataformas tecnológicas han dado poderes para manipularnos a cada uno de nosotros individualmente.


»El marketing político se ha convertido en desinformación en red. Las mentiras repetidas una y otra vez se convierten en hechos en este ecosistema en línea.


»¿La táctica? Suprime la información y luego reemplázala con mentiras. La desinformación, de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, puede fabricar una realidad completamente nueva».


»En todas partes del mundo, las sociedades están siendo alimentadas con una dieta constante de violencia en línea que se convierte en violencia en el mundo real.

 


Se apuntaba antes que el título del libro le limita, porque no se trata de cómo resistió el avasallamiento del sanguinario presidente
Rodrigo Duterte. La mira de la periodista es global y su obra convocante.: «El mundo que una vez conocimos está diezmado. Ahora tenemos que decidir qué queremos crear.

»La democracia es frágil. Tienes que luchar por cada bit, cada ley, cada salvaguarda, cada institución, cada historia. Por eso les digo a todos: debemos mantener la línea. ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar por la verdad?


»Aprendí que trazar la línea, denunciar la injusticia y ser honesto, aunque incómodo, a menudo significa avanzar la vida, traer algo nuevo a buen término.


»Hay dos amenazas al mundo en el siglo XXI: el terrorismo islámico y la guerra de información en las redes sociales.


»La gente cambia cuando se une a grupos. Las personas pierden su individualidad y asumen las características de los roles que se les asignan. En otras palabras, la autoridad puede darnos la libertad de ser lo peor de nosotros mismos».


Lo valioso en el libro de María Ressa es siempre esa perspectiva que desmenuza el modelo autoritario impuesto en distintas partes y pintado de diversos colores. Es un llamado a no entregarse al desaliento: «No será fácil. Tendrás ganas de rendirte, enterrar tu cabeza en la arena, pero si haces eso estás ayudando a asegurar la destrucción de nuestro mundo, la manipulación de tus hijos, la destrucción de sus valores y la devastación de nuestra tierra. Es un momento existencial».


Con gran claridad, a partir de su experiencia periodística, María Ressa demuestra quienes son los beneficiarios del gran negocio del odio.


Por una parte, las empresas tecnológicas se enriquecen con la millonaria inversión de los poderosos para mantener su acción, presencia e interés narrativo en las redes sociales.


Por otra, políticos que falsean la realidad y utilizan ese sistema de modificación del comportamiento colectivo para obtener una jugosa recompensa: mantenerse en el poder.

 

¡Qué libro!

 

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