Barbieheimer


DAVID SANTIAGO TOVILLA

Barbieheimer se le denominó al simultáneo estreno de las películas de julio: Barbie de Greta Gerwig y Oppenheimer de Christopher Nolan. Una convocatoria difícil de desatender.

Aunque se generó expectativa ante las dos cintas, el número de funciones en el cine más próximo dan idea de la expectativa de taquilla: dieciséis para Barbie, la mitad subtitulada y   ocho en español, desde las once de la mañana. Cuatro funciones vespertinas para Oppenheimer.

 

Sin duda, la más taquillera será Barbie, pero Oppenheimer irrumpe con una fuerza poco comparable, para inscribirse en la carrera de la siguiente edición de los Premios Óscar.



Oppenheimer es un dedicado y cuidadoso trabajo cinematográfico para lograr una cinta monumental. Como tema tiene la personalidad del científico Julius Robert Oppenheimer y la reconstrucción de aquel momento en que Estados Unidos de Norteamérica decidió producir un arma nuclear, en la Segunda Guerra Mundial.

El mérito está en todas las herramientas elegidas por el director para crear una cinta congruente con la dimensión trágica, universal y permanente de esos hechos. El espectador se somete a una tensión sostenida durante tres horas. Una experiencia inusual que hace imperceptible el tiempo, porque es atrapado por esa capacidad de alteración anímica.

 

Para ello, la película elude una simple narración lineal. Alterna los episodios que son definidos por secuencias en blanco y negro o color. Eso le da movilidad espaciotemporal. Esa sucesión incesante se completa con la información de los diálogos; construyen una intriga que se desea conocer y obliga a decodificar con exactitud cada línea apuntada.

 

En medio de eso, se perfila el ser humano: las habilidades intelectuales, los impulsos vengativos, las pasiones amorosas, las afinidades con quienes luchan por la justicia, el cuestionamiento ético sobre el asesinato con el pretexto de la paz, la ruindad para obtener poder.

 

Elementos que se dejan por doquier, porque tampoco busca enjuiciar al personaje: lo presenta en toda su dimensión, sin construir un héroe o un villano: es un científico que vivió en un momento histórico, en determinadas circunstancias, con sus características personales.

 

En esa extraordinaria confección de la tensión narrativa, llega el nudo: la prueba de la primera bomba nuclear. En esta época de inteligencia artificial lo más fácil pudo ser el empleo de programas de cómputo. Sin embargo, Christopher Nolan recurrió a una recreación artesanal para presentar en la pantalla con exactitud las imágenes testigo de aquella primera explosión.

 

Ese momento de silencio, expectativa y angustia de los participantes, con el mismo recorrido sincrónico de locaciones y rostros inscriben ya a Oppenheimer en la historia del cine. No es el hecho conocido sino cómo se relata desde un planteamiento cinematográfico.

 

A esto, hay que sumar las actuaciones de Cillian Murphy como protagonista y Robert Downey Jr. como antagonista. Por la pulcritud de su desempeño, ambos estarán en las nominaciones a conocerse en enero de 2024.

 

La otra película estrenada al mismo tiempo es Barbie. La fiebre desatada en torno suyo le convirtió en uno de los estrenos más esperados. Se detonó el frente del comercio, pero de manera natural, empezaron a fluir testimonios de la presencia de esa imagen en la vida de personas de distintas generaciones.



Mas que una muñeca, Barbie es un ingrediente cultural del siglo XX. De tal magnitud que hasta incide en las referencias sexuales. Una de las modalidades de depilación femenina recibe su nombre y es la que elimina toda vellosidad púbica.

 

También, los cirujanos plásticos de Turquía promueven con éxito una operación de labioplastía denominada Vagina Barbie. El doctor Ozgu Keskin Yilmaz proporciona todos los pormenores:

 

«La apariencia plana, apretada y cerrada de la vagina, que no se nota en la ropa, ha comenzado a llamarse así entre la gente. ¿Cómo es la vagina tipo Barbie? Los labios internos son cortos y rectos, no visibles cuando se miran de frente, y se ve una parte delgada y muy pequeña del clítoris. Los labios exteriores son planos, llenos y cubren otras estructuras. La abertura de la vagina permanece completamente cerrada».

 

En consecuencia, hacer una película en 2023 era un gran reto. Muchos públicos, expectativas, intenciones. Por lo visto, la apuesta nunca fue hacer una cinta de diversión pasajera y optaron por una producción diferente, trascendente, acorde con el personaje.

 

El gran mérito es de Greta Gerwig, guionista y directora. Ella ha mostrado a mujeres con todas sus facetas: alegría, tristeza, duda, errores, capacidades. Lo hizo en Lady Bird y Mujercitas, ambos guiones nominados como el mejor, en la entrega de los premios Óscar de sus respectivos años. Con Barbie vuelve a entregar a un personaje pensado con detenimiento en todos sus detalles para entretener, conmover y enseñar.

 

Con su amplitud de miras y mensajes Barbie será lo que cada uno quiera.

 

Puede ser historia al incluir todos los datos del producto estrella de Mattel, con humor e ingenio como las críticas a la mayoría de los directivos masculinos en una empresa que confecciona un producto para mujeres.

 

Es un gran promocional de marca: sí, al final de cuentas es parte de un negocio lo que permitió la inversión para una película como la observada.

 

Es feminista al difundir entre el gran público la necesidad de preguntarse sobre el patriarcado.

 

Es inconformista al cuestionar las rutinas cotidianas, en un sistema dispuesto de tal modo que nadie piense, diga o haga lo que el poder en turno disponga.

 

Es una invitación a pensar menos en el mundo ideal y vivir más en real con sus hallazgos, complejidades y desafíos diarios.

 

Es una voluntad de cambio ante todo asomo autoritario al que se enfrenta con un esfuerzo colectivo, creatividad y convencimiento individual.

 

Es una comedia, pero no una película ordinaria: tiene humor, mordacidad, genio.

 

Así, el Barbieheimer deja algo a los espectadores sin importar el orden en que se vean las cintas estrenadas.

 

www.davidsantiagotovilla.com