"La memoria es sensorial". Promueve David Tovilla obra en torno al tiempo

Mariana Pacheco Ortiz/ Diario de Yucatán

Publicación original en este enlace

“El tiempo no puede atraparse: su reflejo somos las personas. Sólo a través de los seres humanos puede verse el pasado, conocerse el presente y vislumbrarse el futuro” dice David Tovilla, al conversar sobre su libro más reciente La savia humana es tiempo convertido en memoria.

El volumen es un viaje por los recuerdos del narrador para que, a partir de ellos, se genere una evocación propia. Registra momentos que requieren decisiones y acciones. Esboza cómo los individuos a través de sus actos transforman su vida o sólo se acomodan para vivir. Los elementos de su propuesta narrativa son la memoria, el tiempo, la existencia, la identidad para contribuir a la reflexión sobre el actuar humano.

El autor escribe narrativa y ensayo. En 1996, obtuvo el Premio Nacional de Literatura Erótica en la rama de narrativa, en el Concurso Ojos y Tactos organizado por la Asociación de Artistas Plásticos de México.

Para conocer más sobre el texto recién publicado que inicia su circulación, David Tovilla accede a conversar con Diario de Yucatán:

Desde el título ¿invitas a meditar sobre lo que importa, lo trascendente?

—Es una invitación a pensar en palabras que parecen abstracciones pero que se reflejan en hechos concretos de la vida. Nuestro paso por este mundo es finito, limitado. Sólo tenemos unas décadas para estar acá. En esa medida, el tiempo es el mayor tesoro de los seres humanos. Perderlo es perder sangre, vida. A eso remite la metáfora del título y a ese formar parte de la naturaleza. No es algo físico sino inmaterial que está en nosotros y forja nuestra identidad, nuestro modo de actuar y ser. Somos tiempo convertido en memoria y no puede atraparse: su reflejo somos las personas. Sólo a través de los seres humanos puede verse el pasado, conocerse el presente y vislumbrarse el futuro.

—¿A esa idea de pasar de abstracciones como el tiempo a algo concreto se debe el hecho de que denomines a cada capítulo con un objeto tangible?

—Sí. La memoria es vasta, compleja, sensorial. No sólo se constituye por objetos visibles sino por olores, sabores, sonidos. Los recuerdos son inevitables e impredecibles. En el momento menos pensado, al percibir algo se activa la memoria construida a través de los cinco sentidos. Eso nos acompaña siempre: está en nosotros, en un torrente interno que no es sangre sino como los árboles: una savia, una esencia vital humana. En el libro, se hace ese ejercicio: activar una asociación mental de un objeto con algunos de los infinitos datos que provienen de cada historia de la existencia individual. Hay cosas o espacios que, en consecuencia, tienen significación emocional, subjetiva, para siempre.

—¿Cada relato se desarrolla, también, en torno a una decisión?

—Cada capítulo está asociado a una decisión porque la vida es una sucesión de decisiones. Se toman cuando las circunstancias se presentan. Nos enfrentamos siempre al presente y lo que hacemos es fugaz; con los días eso decidido permanece, pero ya como un asunto de la memoria. Así funciona: es una realidad inamovible. De los hechos, de la intensidad de las experiencias, se desprenden aprendizajes. Entonces, lo trascendental es no quedarse en las anécdotas sino en pensar en los temas universales a los que remiten.

—Y las decisiones expuestas en el libro están orientadas a una voluntad por resolver algo, a transformar esa situación que se presenta…

—Las adversidades ponen a prueba a las personas. El modo en cómo se enfrenten y superen contribuyen a la formación propia. La vida también es la suma de todos esos instantes vividos. Hay momentos en que la única opción es tener arrojo para salir adelante. Recordemos que la primera acepción de la Real Academia Española para el término «coraje» es «esfuerzo de ánimo, valor». La falta de coraje para vivir es lo que luego lleva a callar o mirar hacia otro lado frente a las injusticias o la mentira.

—Dentro de las temáticas de libro destaca la complejidad de las relaciones familiares ¿Podrías abundar?

—La experiencia de vida empieza con el entorno familiar. Lo que ahí ocurre marca. Las conductas al interior de una familia son determinantes. La diferencia se establece entre quienes siguen las inercias y reproducen los esquemas, frente a los que deciden terminar con dinámicas cuando estas son nocivas de manera individual y colectiva.

—¿Cómo se inscribe este libro en tu producción bibliográfica?

—Los libros son un planteamiento integral. Tengo varios títulos en donde el tema es el erotismo, pero eso se corresponde con la práctica de estilos narrativos. En el libro anterior, Aficiones, todas las historias se narran a través de diálogos. En el que le antecede, Bragadicto, sí hay relatos en forma, pero todo se mantiene en tiempo presente; no hay una sola oración expresada en pasado. Es hacer cómplice al lector porque lo narrado ocurre, cuando él lo lee. Ahora, La savia humana es tiempo convertido en memoria es una introspección, desde la tercera persona, que aspira a arrastrar al receptor a una vivencia.

—Descripciones directas que mezclan el testimonio, la crónica que dejan algo: impresión, conmoción y otros…

—El reto siempre es generar una emoción en el lector. Si el receptor vive lo narrado, se involucra en la situación relatada y emite una respuesta anímica, se habrá alcanzado el objetivo. Ezra Pound planteaba que la literatura debe conmover, deleitar e instruir o educar. Si La savia humana es tiempo convertido en memoria deriva en eso tendrá un logro.

David Tovilla escribe reflexiones y comentarios sobre temas de actualidad en su sitio www.davidsantiagotovilla.com