Opresión y resistencia: Narges Mohammadi y Sergio Ramírez


DAVID SANTIAGO TOVILLA

Opresión y resistencia se llama el libro de George Orwell que reúne sus ensayos sobre el autoritarismo. Todo indica que pasan los años y en el mundo hay quienes se mueven entre esas dos circunstancias. Es el caso de Narges Mohammadi y Sergio Ramírez, quienes estos días han sido noticia por su resistencia ante regímenes opresores que les persiguen y avasallan.

El 4 de diciembre, la activista Narges Mohammadi, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2021, fue liberada por tres semanas por el régimen iraní. Una intervención quirúrgica fue la razón para que pudiera acudir a su casa por unos días.

Mohammadi representa la lucha de las mujeres iraníes, con tres décadas de lucha y diez años de encarcelamiento y penas como los latigazos.

El mundo se sorprendió con los segundos de un video en donde Narges baja de una ambulancia con la pierna enfundada en una férula. Sonríe y grita “Mujeres… Vida… Libertad”. Muchas expresiones se han emitido para que la libertad sea permanente. El régimen concedió 21 días, pero estos serán sumados a su condena de 13 años, nueve meses de prisión.

Recuérdese que el año de la ceremonia del Nobel, se mantuvo una silla vacía, flanqueada por sus hijos, porque Mohammadi permanece recluida, como se documentó en un apunte de este blog.

Ese mismo día, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez recibió el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara, en el contexto de la Feria Internacional del Libro 2024.

Ramírez es uno de los perseguidos con ferocidad por el régimen de Daniel Ortega, quien cada vez acomoda leyes y vida en Nicaragua garantizar su permanencia en el poder hasta su muerte. Quitaron a la dinastía de los Somoza para colocarse ellos y sustituirlos por otro absolutismo patrimonialista peor.

A Sergio Ramírez le han pretendido quitar todo: desde propiedades hasta la nacionalidad. Él se mantiene en resistencia.

Como siempre, pronunció un espléndido discurso, del que destacan dos fragmentos: «El poder rastrero pone precio a la cabeza de los escritores, prohíbe la circulación e sus obras, los mete en la cárcel, los condena al exilio. Hay un desacuerdo insalvable entre la palabra libre sin la que no es posible la majestad de la obra literaria, y la palabra oficial, monótona y sumisa. Por la palabra libre hay un precio que pagar, cuando el poder de las dictaduras lo que quiere es el silencio, o la mentira, o el halago.

»…Por eso las palabras se vuelven tan temibles. Porque tienen filo, porque desafían, porque no se las puede someter. Porque son la expresión misma de la libertad. Porque contradicen la palabra oficial, desafían la narrativa urdida por las máquinas de propaganda».

Sergio Ramírez y Narges Mohammadi son dos casos concretos, actuales, de ese vivir entre la opresión y la resistencia.