‘Napoleón’ de Ridley Scott


DAVID SANTIAGO TOVILLA

Una gran obra deleita, conmueve e instruye decía el poeta Ezra Pound. Eso habría que preguntar ante la película Napoleón de Ridley Scott. ¿Qué prevalece después de ver esa cinta como un suceso cinematográfico? Muy poco. ¿Alcanza alguno de los logros señalados por Pound? Tampoco.


La discusión no debe ser histórica: la precisión, la veracidad, la cantidad de batallas o personajes incluidos. No es un documental para reunir información sino un planteamiento fílmico para generar un efecto en el espectador. Y como tal debe evaluarse. No en lo que pudo haber contenido y no, sino en lo que tiene y desde ahí comunica.


La impresión es que el director asumió el proyecto con indolencia. Tenía los recursos de una firma como Apple Studios y Sony Pictures; él se agregaría como productor para obtener también recursos; y, con el prestigio de su nombre podría llevar a escena cualquier guion. Así, a filmar, sin más preocupación.


El resultado es que no supo qué hacer con ella. Es un poco de drama, belicismo, perfiles, pero se queda a medias en todo, sin conseguir resplandor en alguno. Si se recuerda a Sin novedad en el frente, ganadora del Óscar como mejor película internacional 2023 se verá cómo se hace un producto bélico de profundidad e integralidad. En Napoleón se recrean las batallas y tiene la intención de ilustrar la crueldad de los enfrentamientos en épocas cuando era más combate corporal, pero se mantiene en ilustración, cromo, pintura.


No alcanza a entrar en la dimensión humana de los personajes. Son entrecruzamientos personales que se mantienen en el nivel de los chismes: las infidelidades de una mujer, frente a un mal amante sexual como esposo. No hay más. Es superficial.


Es una historia contada de manera mecánica sin capacidad de conmover, deleitar e instruir. Sólo se trata de poner al personaje central famoso, seguirlo de A a Z: desde que es un militar de menor rango, hasta su muerte. En medio, escenas de guerra y de alcoba. Sin mayor ingenio, alcance, proyección. Es cubrir el expediente para llenar la expectativa del producto en torno a un famoso.


La película es sólo una referencia de los estrenos del 2023. Con seguridad llegará a las candidaturas de los Óscar para el desempeño personal de Joaquín Phoenix y Vanessa Kirby, además de aspectos técnicos.


A Ridley Scott se le admirará, ad perpetuam, con su cinta de culto Blade Runner. Napoleón es omisible.